N ací en la ciudad de Caracas, Venezuela, un 7 de noviembre de la década de los setentas. Mis padres, Lourdes (caraqueña) y Cipriano (tachirense), me bautizaron como Juan Carlos.
Desde muy pequeño me llevaron a vivir en la Isla de Margarita. Allí crecí, siendo el hermano del medio, entre las gemelas Mariana y María Antonieta, y el menor, Gustavo.
Mi infancia transcurrió entre la brisa marina, el clima cálido, el sol radiante y una sensación de libertad que sólo entiende quien ha vivido rodeado de imperceptibles fronteras marítimas.
A temprana edad me interesé por la lectura y las artes, navegando entre los libros de Alejandro Dumas, Julio Verne, y Robert Louis Stevenson, rodeado de creyones y pinceles con los que dibujaba personajes de anime japonés e imaginando ser parte de historias fantásticas tanto del cine de autor, como el de aventuras y ciencia ficción.
Mi película favorita de la infancia, (la que recuerdo haber visto tantas veces, llegando al punto de dañar un Betamax por retrocederla tanto), fue E.T. El Extraterrestre, de Steven Spielberg; la cual hoy en día aún veo y me emociona hasta las lágrimas.
De niño, aseguraba que sería director de cine, como Spielberg, o escritor, o astronauta, y en E.T. encontraba esa fusión, de mi fascinación por el espacio exterior y por la gran pantalla.
En mi adolescencia, el Hard Rock, el Heavy Metal y el Grunge, marcaron mi personalidad, y me atreví a formar una banda a la que llamé Mantra, sin entender aún la importancia de los mantras como vibración sonora pura, capaz de modificar nuestro ADN.
M i primer empleo fue en un club de alquiler de películas en la isla de Margarita. Esa fue mi primera escuela de cine.
Mientras trabajaba, veía películas y estudiaba los créditos finales. Como me permitían llevar dos películas diarias a casa, prácticamente las devoraba día a día.
Eso fue lo que me convirtió en uno de los mejores recomendadores del club.
Por cuestiones del destino, o por un plan preconcebido, quién sabe cuándo y dónde, conocí en la isla al “Pequeño Teatro de Los Robles”, lugar donde funcionaba la compañía de Teatro Nacional Juvenil de Venezuela.
Desde ese momento, el teatro se apoderó de mi vida.
El tiempo que pasé ensayando descalzo, en esa casita, fue definitivo para mi carrera y me abrió un mundo de posibilidades infinitas hacia lo artístico. Pero los estudios me hicieron separarme de las tablas por un rato.
E studié Publicidad y Marketing, Comunicación Social mención Periodismo y mi primer empleo fue como productor en una radio. Tuve la experiencia de redactar noticias, producir programas, crear promociones y hasta escribir mi primera radio novela.
Me enamoré de la radio, pues me enseñó un medio distinto para expresarme artísticamente, en el que no predominaba la imagen, sino el audio, lo que te abre un número infinito de posibilidades.
Después vino el gran salto a la TV. Trabajé en Venevisión, inicialmente en la producción de programas de información y opinión. Esa experiencia fue como estudiar otra carrera universitaria.
Produje programas especiales para el noticiero, programas de variedades y farándula, los que durante años me dieron acceso tanto al mundo de la música, como al del cine, el propio teatro, la danza, las artes plásticas, la moda y todos los ámbitos artísticos.
Posteriormente tuve la gran oportunidad, la que sería definitiva: Empezar a escribir telenovelas.
Aprendí de grandes del género de la telenovela en Venezuela, en una de sus mejores épocas, lo que se convirtió en otra escuela y me dio el valor de unir mis conocimientos de TV, con los de teatro, para atreverme a escribir mis primeras obras, que me llevaron a ser Dramaturgo.
"Té para Tres"
H e escrito varias telenovelas y series, y a la par, estrené con éxito varias obras de teatro de mi autoría. Mi primer montaje teatral fue “La Fiesta del Fin del Mundo” una comedia negra que satirizaba la paranoia generada por el supuesto Apocalipsis maya de 2012.
Pero sin dudas, el gran éxito fue “Té para Tres, Tributo a Gustavo Cerati”, la cual me trajo a Miami. Ésta obra que inició bajo el formato de microteatro, se estrenó en Venezuela en el año 2014, y posteriormente en su versión de una hora, en las ciudades de Miami, Orlando, San Juan de Puerto Rico, Quito y Guayaquil.
La situación de mi país, Venezuela, me obligó a permanecer aquí, donde he continuado desarrollando mi carrera, tanto en el teatro, como en la producción de programas de TV, y en el cine, estrenando los primeros dos cortometrajes de mi autoría.
Desde Miami, para todo el mundo
